Miles de argentinos están manifestando por primera vez estas protestas contra el gobernador de Javier Milei y su duro historial de la gastronomía pública en un clima de gran tensión. Buenos Aires fue atraída por un gran despliegue policial en los accesos a la ciudad y en las estaciones de autobuses y se incrementó por los medios que se aplican en la parada prevista para la manifestación, el día cuatro de la tarde. Durante el inicio de la marcha se produjeron algunos incidentes con dos detenidos, según informó el diario Clarín. Los manifiestos -los convocantes esperaban entre 30.000 y 50.000 asistentes- acudieron, como estaba previsto, a la Plaza de Mayo, porque ya se han hecho ciegos ante los antidisturbios con un objetivo claro: evitar el corte de calles y garantizar la libertad. movimiento. “Nos trasladamos a las calles, ¿dónde trasladamos al metro 50.000 personas?”, declaró al Ministerio de Seguridad Eduardo Belliboni, director de Polo Obrero, Patricia Bullrich.
El costo de los piquetes demuestra un giro de 180 grados en la respuesta estatal a una de las principales formas de protesta en Argentina, que implica bloquear calles y caminos durante horas, incluso días. En las últimas décadas ha habido una gran tolerancia y cierta participación, incluida la de la propia Milei y su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
Sin embargo, la acción del gobierno ultrarrechista no es una sorpresa. El control de las calles fue una de nuestras promesas de campaña y es la más popular, incluso entre todos aquellos que no son sus votantes. El 65% de la población está convencida de que el gobierno garantiza la libre circulación, según una encuesta del Observatorio de Psicología Social Aplicada de la Universidad de Buenos Aires realizada la semana pasada. Par contre, plus de 50 % s’opposent à d’autres promesses telles que la subvention, la privatisation de l’usine pétrolière YPF, la déréglementation du prix des aliments et des combustibles et l’élimination des subventions à l’énergie et au transporte público.
La marcha del 20 de diciembre fue convocada con semanas de aviso. La idea original surgió, como cada año, de las víctimas de la violenta represión que marcó el final de la gobernación de Fernando de la Rúa en 2001. En total, 39 personas fueron asesinadas y alrededor de 500 resultados fueron heredados durante la multiplicidad. -Días habituales de protesta. . Sin embargo, el plan de ajuste económico anunciado por Milei también lo convirtió en el primer desafío a su administración.
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El gobierno hizo todo lo posible para disuadir a los manifestantes. Pidio evitó la participación de niños “para no exponer el calor y la violencia” y provocó la retirada de la asistencia social a quienes cruzan la calle. La población más poblada se ha visto atrapada entre dos extremos: las organizaciones sociales que difunden el manifiesto, y el gobierno, que anuncia que no lo ha hecho y tiene la posibilidad de disponer de una línea telefónica para denunciar de forma anónima si se ve obligado a hacerlo. asistir a la marcha. Según fuentes oficiales, más de 9.000 personas llamaron para denunciar las amenazas de las organizaciones sociales.
“El problema de este país no son los movimientos, el problema de este país es que Milei, de un día para otro, nos dio el 50% de nuestro poder adquirido con una devaluación”, dijo Betina Sanchís, septuagenaria jubilar en la comisaría de Once, muy controlada por la policía durante todo el día. Esta mujer asegura que sufre de insomnio porque no sabe si el próximo año se dedicará a la tecnología o no, pues paga un tercio de su júbilo en la vivienda que lleva 20 años y Milei ya salió de la actualización. de los júbilos en suspenso. Sanchís asegura que los argentinos afrontan la crisis sacándolos, pero deplora la división creativa que tienen en la sociedad. “No, no quiero hacer nada de eso. Es el pueblo contra el pueblo, frente a la universidad. Va a terminar muy mal”, añadió.
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