Para que el chavismo cuestione el poder “es fundamental” una amnistía

Para que el chavismo cuestione el poder “es fundamental” una amnistía

Hugo Chávez lo acusó de haberle visto «al diablo bajo la sotana». El arzobispo de Caracas desde 2018 y antes de haber obtenido la máxima autoridad de la Iglesia católica en Mérida, en los Andes venezolanos. Es el sexto sacerdotal de su país el que adquiere la dignidad de cardenal. Monseñor Baltazar Porras. Se le considera un crítico de la “Revolución Bolivariana”.

Cercano al papa Francisco, también era cercano a las fuerzas políticas y empresariales que en 2002 sucedieron brevemente a Chávez, quien recuperó el poder hasta su muerte en 2013.

En 2007, cuando Chávez ordenó el cierre del popular canal privado Radio Caracas Televisión (RCTV), Comparé al presidente de Venezuela con Hitler y Mussolini. Desde el chavismo han sido denunciados como golpistas y acusados ​​de incitar a la violencia.

Las preocupaciones sobre la tragedia actual y el nebuloso futuro político de Venezuela aún persiguen a este clérigo de 79 años, que un día se encuentra en Argentina, donde tuvo lugar la beatificación del cardenal Eduardo Pironioen Luján, que estuvo presidida por el cardenal español Francisco Vérgez Alzaga, gobernador de la Ciudad del Vaticano y enviado del Papa Francisco a la ceremonia.

Durante su visita a Luján, Porras -quien denunció la situación de presiones políticas en su país y el tema de alimentos y medicinas que sostiene a los venezolanos- estuvo el domingo en el barrio porteño de Caballito. Ofrecimos multitudinaria en la Iglesia Nuestra Señora de Caacupéfrente al Parque Rivadavia, antes de ser conmovido por los venezolanos con quienes cantaron y bailaron los Aguinaldos, el popular género de música folclórica venezolana propio de las celebraciones decembrinas.

Allí, después de misa, acepté hablar con Clarínen una entrevista en la que abordó todas las palabras y, con él, dijo que consideraba que una amnistía contra el chavismo podría ser el mejor camino para que Venezuela recupere la libertad y la democracia.

-¿Qué compartes la experiencia de esta misa, de ver a tantos suyos venezolanos que se sienten como en casa en Argentina?

-Es una experiencia muy bonita, sobre todo porque el Padre Eusebio (Hernández Greco, Parque de Nuestra Señora de Caacupé) tiene un gran interés por los migrantes y en particular por los migrantes venezolanos. Esta parroquia es un ejemplo y un oasis no sólo para los venezolanos, sino también para los paraguayos y para la integración con el pueblo argentino. Buena parte del Episcopado argentino que participó en la beatificación del Cardenal Pironio me compartió los contenidos que hay con los grupos venezolanos que se rigen por todo el territorio argentino. La migración de venezolanos asegura que millones de personas y Argentina es uno de los destinos más buscados porque tiene una gran adhesión en medio de lo que significa este desarraigo, por razones que no se tienen en cuenta, por necesidades de todo este tipo. Vi con gran satisfacción ver que la Iglesia y la sociedad argentina les abrieron los brazos para integrarse, para que ellos también reciban lo que este país tiene para ofrecer en lo social, en la política, en la economía y en la sociedad. Soy religioso. Agradecer al pueblo argentino por la receptividad, porque son mucho los venezolanos los que han vendido aquí, pero en su ayuntamiento, gracias a Dios, por encontrarnos como insertarlo, como ser recibidos por esta sociedad argentina con lo que somos. muy hermanados.

Baltazar Porras en Caracas, en 2019. Foto AFP

-No en todos los países esta acogida es buena para los venezolanos. Hay episodios de xenofobia en Chile y Perú.

-Esto es lo que significa para cualquier país en este momento una migración con arrepentimiento y en grandes cantidades. Ésta es, lógicamente, la fuente de los problemas, porque estos hermanos y hermanas también tienen sus problemas y pronto viajarán kilómetros… Si un pequeño grupo huye, podemos pensar en xenofobia. Se trata de convivencia entre pueblos, lo cual no es fácil, y la situación económica y social de nuestros países es muy difícil. Uno de los principales destinos de la migración venezolana es el sur… Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Paraguay, Uruguay, Brasil… Una de las virtudes de los inmigrantes es el deseo de integrarse y también integrarse con la ‘Iglesia’.

-Quizás hayamos hecho que Venezuela celebre una celebración navideña en un estado de fragilidad y patrimonio. ¿Cómo se pueden explicar estas características?

-Estamos viviendo una situación que se genera al final del tiempo pasado. Es la sanción de los partidos tradicionales, de la corrupción, de la pérdida de conexión (de la política) con el pueblo y es un intento mesiánico antes de poder ofrecer un mejor aporte financiero. Hoy tenemos muchos aspectos, desde hace 23 años, de un deterioro de la situación social, política, económica y de todo el problema de las libertades. Pero está bien que el pueblo venezolano sea eminentemente pacifista, que no esté consciente de la situación, pero que quiera buscar soluciones que no le permitan tener armas, que no tenga mar con violencia, que no tenga mar con exclusión. Nos encontramos con una serie de obras y estamos contentos y tratando de abrir caminos, lo cual, sin el diálogo que vimos con el padre Francisco, es muy difícil, porque quien se ocupa de todo lo que ‘debemos buscar, de cualquier tendencia que el mar, es el bien de la población. Y con una fuerza creativa como esa, y una deseada cada vez por el alcalde, hay que buscar una salida que no signifique “lo que necesitas para regalarte” y plantearla por ti. Todos necesitamos y tenemos aprender que necesitamos justicia y equidad, y también pérdida y misericordia, encontrar caminos de amistad y no caminos que nos lleven a lo que vimos en otros horizontes, la guerra y la eliminación de unos hacia otros. Estamos en esta cruz y en esto la Iglesia insiste en la necesidad del respeto a los derechos humanos, y en lo que ve la libertad, la libertad de expresión y de información, que lamentablemente falta en el país.

-¿Tiene usted un papel que desempeñar en la Iglesia para que María Corina Machado, la candidata más votada en las primarias opositoras, pueda competir por la presidencia sin trabajo y sin persecución?

-La Iglesia, por su alta credibilidad y su confianza en la población, no está para imponer unos a otros, salvo para garantizar que haya normas comunes, las mismas para unos y otros. Sin esta plataforma común, todavía tenemos los intereses de un grupo, y de ahí nuestra insistencia en que haya negociaciones, que no quiere decidir la cojera, si tenemos razones para ver a un lado u otro y encontramos puntos de coincidencia que ciertamente son siempre es. Mejor que quienes nos separan, por eso debemos buscar quienes quieran ejercer el poder político y el bienestar de las personas.

-Lo entiendo, mais, ¿Cómo será ecuánime y piadoso con quienes torturan?

-Hay una falta de equidad, pero con el dolor que implican todas estas deficiencias en derechos humanos, con las diferentes libertades, pero que obligan de manera racional y sin ningún mecanismo intermedio que no conduzca…. como bien dice el papa Francisco… ´en la guerra no hay ganador´, porque quedan las heridas, y lo que trae es muerte et los que más padecen siempre son los más pobres y los más excluidos.

-¿Espero que Venezuela pueda celebrar elecciones libres el próximo año?

-Eso es lo que nos interesa en todos los sectores del país. Por lo tanto, todas las posibilidades que tienen los medios internacionales para buscar conversaciones entre diferentes sectores (esperamos) nos llevarán hacia un camino que supere las deficiencias que tenemos hoy.

-¿Cree que Nicolás Maduro debe tener un tipo de protección, un tipo de amnistía, de forma que la entrega del poder sea concreta sin la impida el testimonio de un castigo?

-Es fundamental. Pensamos que fuimos a Sudáfrica, que fuimos a Chile, que fuimos a otros países… La amnistía se apoya y exige que también haya respeto hacia quienes puedan ser vulnerados (derechos humanos). También tienes la posibilidad de hacer estos caminos. Y de ahí la necesidad de negociación, constancia y conciencia. La política es el arte de poder convivir y debemos convivir en paz.

By Peverell Jobin

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