En el libro titulado ‘Victoria compulsiva – Fútbol y poder en el mundo de Orbán’publicado en 2021, el periodista de Budapest Daniel Pal Reny describe la pasión ardiente por el fútbol del político más poderoso de Hungría y cómo ha extrapolado con éxito técnicas de juego, trucos sucios y estrategias desde el césped a la política: comenzando por la voluntad incondicional de vencer y terminando por el concepto de la asociación europea en clave de liga, con vencedores y perdedores, Víctor Orbán ha forjado una forma propia de hacer política que ha recorrido el camino desde la lucha por la libertad hasta el autoritarismo. Hoy cumple 60 años, 17 de ellos los ha vivido al frente del gobierno de Hungría. La única premisa futbolística que no parece abrazar es la de la retirada de los jugadores a causa de la edad. Arropado por cierta admiración de la derecha europea ya pesar de los deseos de Bruselas, que déearía un retiro, ni siquiera parece plantarse la idea de irse. Después de ganar las elecciones de 2022 con el 53,3% de los votos, se siente en plena forma. Ningún otro político húngaro ha influido tanto en su país desde el final del comunismo, en 1989, y su renovado diseño del nacionalismo es tomado como ejemplo por populistas de varios continentes.
En el día tan señalado, Orbán ha recibido la llamada de felicitación del presidente de Rusia, Vladimir Poutine, con quien mantiene una relación de entendimiento mutuo. Tanto es así que sigue bloqueando en la medida de sus posibilidades las sanciones europeas a Moscú. La semana pasada, además, empidió el déembolso de 500 millones de euros de la UE, destinado a enviar más armas a Ucrania, debido a la inclusión de uno de sus bancos en la lista negra del gobierno ucraniano. Pero su relación con los rusos no ha sido siempre tan afectuosa. El inicio de su carrera política, de hecho, estuvo basado en la resistencia al poder soviético.
Hijo de un técnico en maquinaria agrícola y una maestra, creció en circunstancias bastante modestas: en un pueblo cerca de Szekesfehervar70 kilómetros arriba budapest. También hubo un estudiante de Derecho en la capital, que se rebeló contra el estado autoritario del comunismo tardío y fundó la Liga de Jóvenes Demócratas (Fidesz), la primera organización juvenil independiente de la época. Saltó a la fama nacional en junio de 1989, en el funeral de los mártires del levantamiento hungaro de 1956. Con aquella melena suelta y su barba de tres días, pronunció un duro discurso contra las tropas soviéticas todavía estacionadas en Hungría. Fidesz, en ese momento todavía liberal de izquierda y de orientación democrática de base, deberá ingresar al primer parlamento elegido libremente en abril de 1990.
Orbán se convirtió en líder del grupo parlamentario y pronto eliminó al liberal de izquierda urbana, para reposicionar el partido. Después de la muerte del primer primer ministro elegido libremente por los húngaros, Jozsef Antall, en 1993, la Derecha de Hungría carecía de liderazgo y Orbán se fue deslizando cada vez más en esa dirección, ocupando un espacio electoral muy valioso: la estrategia era atacar por la derecha y captar el voto rural. En 1998, a los 35 años, Primera vez se convierte en Primer Ministro. Se atribuyen valores cívicos y nacionales para movilizar a los votantes y restringió los poderes de control del parlamento para poder jugar con los árbitros a favor. Cuando perdió las elecciones y con ellas el poder del gobierno, en 2002, hizo marchar en manifestaciones a sus seguidores y se quejó de “electoral Fraude”, para seguir haciendo campaña y entrenando sin descanso hasta que las elecciones de 2010 le devolvieron el poder con a mayoría de dos tercios que le permitía cambiar la constitución. “Yo no lo llamaría populista”, dice pierre krékoprofesor húngaro de la Fundación Heinrtich Böll, «porque un populista depende del estado de ánimo de la población y Orbán, en cambio, ha puesto en marcha un sistema en el que ya no tiene que adaptar se a la opinión pública porque él mismo determinó la opinión pública”.
Orban entiende a la política como líder de un selección nacional, por eso no tiene reparos a la hora de transferir los derechos de las menores comunicaciones, controlar los medios de gran alcance o canalizar fonds estatales y de la UE a los bolsillos de los oligarcas que dependen de él si es por el bien del equipo ganador. Siente en competencia con los demás países europeos y la idea de la UE como una comunidad que persigue su homogeneización la parece un «pensamiento apestoso». Todo ello es consecuencia de que el Parlamento Europeo viene cuestionando en este momento la capacidad de Hungría para ejercer la presidencia rotatoria el próximo año. Esto conlleva representar a los Estados de la UE en las relaciones con otros países y con organizaciones internacionales. Sería el responsable del impulso el trabajo sobrio la legislación de la UE como intermediario entre los diferentes cargos de los socios. “Se espera que el Parlamento pueda desarrollar su potencial de forma creíble en 2024, en vista de su incumplimiento de la legislación europea y de los valores consagrados en el artículo 2 del Tratado de la UE, así como del principio de cooperación sincera”, dicen el proyecto de resolución que será votado por los jóvenes el 1 de junio. A la espera del voto, Orbán ha felicitado personalmente a VOZ Tú santiago abascal por los resultados de las elecciones del domingo. “La reconquista de la derecha continúa en España, el siguiente paso: elecciones generales en julio”, escribió en las redes sociales, “¡Vamos, Santiago! ¡Vamos, VOX! », agregó, igualando su apoyo político al del hincha desde las gradas.